19 de junio de 2012

La secretaria (Martín Wilson)


Ah Cuando me dijiste que fuiste al St. Catherine´s... 
Macarena Alonso:
Vos sabés como te llamás. Dafne, tu segundo nombre.
Fuiste la mujercita que ríe, se escondía de la bestia
y corre desnuda por el bosque. Siempre corriste 
como las barras bravas de equipos menores.
El bosque era la agencia de Braga Menéndez, 
cuando todos tenían la cabeza puesta en la campaña
del candidato a presidente. Días antes de las elecciones
en ese bar de la calle Reconquista
te abrí las piernas, debajo de la barra.
Y que transpires, que te haya temblado todo, que te baje la presión
fue lo más conmovedor que me tocó vivir. 
Me tocaste el corazón cuando lloraste.
¿Donde estás que no te encuentro, te cambista el nombre?
Te busqué en los buscadores más grandes del mundo.
Muchas veces te recuerdo en la puerta del hotel Qué?
con frio, seria, impaciente, paranoica.
También te recuerdo en Congreso, en casa de de tu amiga
cogiéndote en la semana, a la tarde, sobre la mesada de la cocina.
Los dos cogiendo como dobles de riesgo, en silencio, con sonrisas perversas,
tirando la botella de carcassone, derramando vino mientras a metros
los pintores terminaban de pintar el comedor.
Macarena Alonso (vos sabés como te llamás)
Fuiste mi contraseña para todo. 
Tecleé tu nombre tu apellido en miles de cajeros 
en miles de máquinas, en tantas cuentas.
Mi vida después de vos se convirtió en un gran acto
de autoayuda.