26 de diciembre de 2012

Adiós a Antonio Cisneros (Washington Cucurto)

Acaba de morir Antonio Cisneros.
Leo la noticia en el portal celeste del Club Sporting Cristal.
La nota se llama "Adiós al Oso Hormiguero".
Es para llorar, la gran admiración que le profesan
los hinchas del Sporting. Toño era su hincha más famoso.


Lo vi un par de veces y me pareció un tipo repugnante.
Megalómano, borracho, showman inteligente. 
Yo lo admiré toda mi vida.
La primera vez que lo vi fue en el Centro España,
en un recital de poesía en donde habló muy mal del Cabildo.
Lo tildó de "mierdita".
Le tiró ondas y rayos a una señorita sentada en la primera fila.
Le leyó a ella "Crónica de Lima", su poema magistral,
que empezaba así: "Acuerdate Hermelinda/acuerdate de mí".

La segunda vez lo vi en un ascensor en un hotel de Santiago
completamente borracho a las dos de la mañana.


Yo lo admiré toda mi vida, y no quería verlo...
El Oso Hormiguero de todos nosotros.
"Eructo/pluajj/un premio" es un verso memorable.
Acaba de morir Antonio Cisneros y a miles de kilómetros
de Lima me tomo cuatro cervezas pensando en èl.


Lo conocí en el número 23 del Diario de poesía
y ya no me pude despegar de él. Ni él de mí.
Abro "Por la noche los gatos".
Escribió estos versos:
"Hoy viernes día de pescado en todas las mesas honradas".
"La araña cuelga demasiado lejos de la tierra".
"Hay una lámpara floreada sobre el piano y una estufa de fierro".
"Un perro. Un prado.
Un perro negro sobre un gran prado verde".


Hoy, a miles de kilómetros murió Antonio Cisneros,
en su casa de Lima La Horrible, como la describió César Moro.
Murió un oso hormiguero, quizás el último del planeta.
¡Qué lejos estoy de él!
Acción: un par de lágrimas.

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