22 de marzo de 2011

busco, como todos los días, la escritura perfecta



busco, como todos los días, la escritura perfecta.
la que me lleve más allá,
donde están el sexo, el dinero y el poder,
la que me haga pegar el salto por encima de las escuelas
y llegar como paul, george, john y ringo a la gente común.

pero la historia muestra que todos los que buscaron la Alquimia
murieron tan solos, tan borrachos y tan desesperados como el resto.
¿qué hay atrás de la zanahoria
que produce esta fiebre loca
de escribas denodados?

esta es la era de la fiebre del oro poético…
la era en que le metemos tecla a nuestros trastornos…
la era del arte y la militancia como grupos de autoayuda…

¿llegará el día en que paremos la máquina?
¿en que sólo se oiga el silbido de los grillos y los trenes?
¿el tronar del mar y de las bombas?

mientras francia y los yanquis le meten petardo a libia



mientras francia y los yanquis le meten petardo a libia
yo veo gulliver con los pibes en la mañana del suburbio.
se supone que viene una temporada tranquila.
la amarga y la empalagosa, mis hermanas,
fueron desalojadas de este jardín.

a la tarde los llevo a ver el gran circo.
los ejércitos de la clase media
hacen acrobacias para entretener a la monada.
el valiente Goletto, por ejemplo,
un demente en miniatura
se viste de atleta y se clava
en lo hondo de un cañón:
mírenlo, al Hombre Bala Perdida,
recorrer al azar los aires.

mientras francia y los yanquis le meten petardo a libia
yo miro deambular al bala perdida,
pierdo el tiempo, hago cosas medio extrañas y,
lo confieso, extraño a mis hemanas.

los peores poemas que escribo
son casi siempre los mejores.

21 de marzo de 2011

Taller de lectura y traducción de cuentos estadounidenses, lista de textos

Va la lista de textos que leeremos en el taller (información completa sobre el taller, pinchando acá; los cuentos se entregarán al comienzo en .pdf)


Francis Scott Fitzgerald, The Diamond as Big as the Ritz (1922)
Ernest Hemingway, The Big Two-Hearted River (parts 1&2) (1925)
Dorothy Parker, Big Blonde (1929)
Raymond Chandler, Goldfish (1936)
Carson McCullers, Like That (1936)
William Faulkner, Barn Burning (1939)
Eudora Welty, A Worn Path (1940)
Katherine Anne Porter, A Day’s Work (1944)
John Cheever, The Enormous Radio (1947)
Jerome David Salinger, A Perfect Day for Bananafish (1948)
Flannery O'Connor, The River (1955)
Vladimir Nabokov, The Vane Sisters (1959)
Joyce Carol Oates, Where Are You Going, Where Have You Been (1966)
John Barth, Anonyimiad, (1968)
Donald Barthelme, Robert Kennedy Saved from Drowning (1968)
Saul Bellow, Mosby's Memoirs (1968)
Rossellen Brown, How to Win (1973)
Ann Beattie, Fancy Flights (1976)
Truman Capote, Nocturnal Turnings (1980)
Raymond Carver, Beginners / What Do We Talk About When We Talk About Love (versiones comparadas) (1981)
Charles Bukowski, A .45 To Pay The Rent (1983)
Lorrie Moore, Community Life (1991)
Elizabeth McCracken, It’s Bad Luck To Die (1993)
David Leavitt, The Term Paper Artist (1997)
Jhumpa Lahiri, Interpreter of Maladies (1999)
Rick Moody, The Mansion on the Hill (2001)
David Foster Wallace, Philosophy and the Mirror of Nature (2004)
Nell Freudenberger, Lucky Girls (2004)
Chuck Palanhiuk, You Are Here (2004)
George Saunders, Adams (2004)
Alice Munro, Dimension (2006)
Lydia Davis, Kafka Cooks Dinner (2007)
Gabe Hudson, Hard Core (fragmento) (2007)
Miranda July, How To Sell Stories To Children (2007)
Aleksander Hemon, The Noble Truths of Suffering (2008)
Tea Obreht, The Laugh (2009)
Wells Tower, Brown Coast (2009)
Junot Diaz, The Pura Principle (2010)
Gary Shteyngart, Lenny Hears Eunice (2010)
Justin Taylor, Tennessee (2010)

19 de marzo de 2011

palito ortega toca ante un estadio vacío



en el estadio del club independiente
hay un acto por el día de la mujer
y el puntero de Avellaneda
metió a 40000 manzaneras
en el pasto que supo acariciar
el pie derecho de ricardo enrique bochini.

hablaron el gobernador, la presidenta,
los pingüinos trajeados se las tomaron
y la locutora dio por terminado el acto.

entonces todo el pobrerío
con sus banderas colorinches
sus remeras partidarias y de equipos del ascenso
sus hijos y sus mamaderas a cuestas
se mandó a mudar

pero apareció palito vestido con un traje celeste
y dio un show impresionante
respaldado por una banda elegante e impecable.

palito ortega cantó sus melodías inmortales
pero la gente no lo quiso ver ni gratis.
sólo 50 manzaneras
oficiaron de groupies.
hasta los cuatro tipos de la secciòn de vientos
se reían mientras soplaban.

el domingo que viene
multitudes innumerables
van a entonar las melodías de palito en todos los estadios
cambiándole la letra y sin saber que tienen dueño.

palito ortega ya recorrió la parábola entera.
tuvo dinero, mujeres y poder
y ahora lo recubre el manto cruel del olvido.

ahora su arte ya no es más de él
su arte es del pueblo
el arte de palito ortega volvió al pueblo

palito ortega toca un viernes a la noche
sus canciones inmortales
ante un estadio vacío.

18 de marzo de 2011

murió el último librero

murió el último librero, pedro roberto wolkowicz
el hombre de lentes polarizados
que lo había leído todo…

Había leído un millón de poemas malos
(las obras completas de gelman)
y el millón de comas por página
que pueblan los libros de saer.

pero seguro que también había leído a borges
y un montón de buenas novelas extranjeras
y alguna poesía criolla picaresca y pulenta…

estaba todo el día al pie con sus anteojos ahumados
en la vieja fausto de corrientes y talcahuano.
no se sabe cuándo era que el tipo leía tanto.
pero en mi cuarto que da al pulmón de la misma manzana
se podía oír el run run de la cabeza de pedro
devorando letrita tras letrita.

¿qué sentido tiene leer tanto?
ninguno, evidentemente.
pedro lo sabía.

antes de fin de año
llegarán a la patria containers y containers
repletos de tabletas electrónicas.
antes de fin de año
el libro en papel estará muerto.
pedro lo sabía y se murió él también.
su lugar en fausto, que ahora se llama cúspide,
lo ocupa una actriz hermosa que se llama estefanía.
pero no es lo mismo, nada es lo mismo ya.

Taller de lectura y traducción de cuentos estadounidenses

El taller constará de doce encuentros de dos horas y media de duración, a lo largo de tres meses. En cada encuentro, se dedicarán 75 minutos al análisis y discusión de tres cuentos de distintos autores, y los restantes 75 minutos a la resolución conjunta de cuestiones de traducción.

El taller se propone producir una mirada sobre la lengua y la literatura de un país que, en el período estudiado (1914-2011), pasó de ser una nación agropecuaria a un imperio económico, cultural y militar ¿en decadencia? ¿en proceso de transformación?

Los asistentes traducirán, a lo largo del curso y en grupos, un cuento a elección publicado en la Iowa Review de la Universidad de Iowa. Las traducciones, finalizadas con supervisión de los docentes, serán publicadas en la edición en español de la revista, y en forma de libro en la Argentina.

Los cuentos se leerán en inglés. Es requisito que los alumnos puedan leer cuentos en ese idioma, aun ayudados por un diccionario.

Al comienzo del curso se entregará la totalidad del material en formato digital.

Horario y lugar 1: Sábados de 11 a 13:30 en Usina Cultural Dain, Nicaragua 4899, Palermo. Empieza el 16 de abril

Horario y lugar 2: Martes de 19:30 a 22 en café Aroma (subsuelo), Santa Fe y Uruguay, Barrio Norte. Empieza el 12 de abril.

Arancel: $250 mensuales, o $680 por todo el curso. Vacantes limitadas


Informes e inscripción: santiago.llach@gmail.com

Docentes

Santiago Llach (1972) trabaja como traductor y editor (Siesta, Emecé, Garrincha y otras). Coordina talleres de escritura creativa.

Jennifer Croft (1981) está terminando la tesis para el doctorado en la Universidad de Northwestern. en Chicago. Traduce del polaco y del español.

Programa

0. Short story & USA

Objetos con problemitas de nominación: novela, nouvelle, relato, cuento; USA, Yanquilandia, América, Estados Unidos. La short story: un formato para la invención de un imperio. Los estados anímicos de la unión. La pax filmada. Los founding fathers de la madre literatura.

Encuentro 1: Ernest Hemingway, William Faulkner, Francis Scott Fitzgerald.


1. Trenes, autos, teléfonos (1914-1945)

El fin de algo. Los paisajes, las ciudades: la literatura, industria de la nostalgia para una economía de los servicios. Cross a la mandíbula: maquinando la sociedad del espectáculo. Euforia y depresión en la cultura: psicoanálisis de una nación. Los fantasmas que vinieron del sur. Aborto, menstruación y otras cosas de mujeres. Héroes venidos a menos en una democracia policial. Balas, Buds y licencias de conducir: una ficción para el desierto californiano. Industrias del pecado.

Encuentro 2: Carson McCullers, Dorothy Parker, Katherine Anne Porter, Eudora Welty
Encuentro 3: Raymond Chandler, Charles Bukowski, Chuck Palahniuk.


2. Americanos a las cosas (1946-1989)

Cómo escribir después de Pearl Harbor: estrés postraumático y literatura, o un día perfecto para desembarcar en Normandía. La trama descompuesta de un barroco electrodoméstico. Los rusos y los otros: nervios en las centrales de la información. El lado sucio de la Edad de Oro. Literatura de exportación: soldados confederales en las industrias culturales. Una ficción para la televisión. All you need is pop. La industria de la escritura creativa: por una literatura seriada. El estancamiento del estilo, como estilo. Cuatro casos de escritores residentes.
Megáfonos vietnamitas para la derrota cultural. Literatura del recorte impositivo. Fantasías de la guerra en las galaxias. La contrarrevolución de las costumbres. La guerra fría interior: adicciones, tramas del suburbio y sociedades anónimas de la vida moral. Jesús es mi superhéroe. Relatos de material plástico y chaquetas militares. Personajes viajando por autopistas.

Encuentro 4: Jerome David Salinger, Joyce Carol Oates, Saul Bellow
Encuentro 5: Vladimir Nabokov, John Barth, Donald Barthelme, Truman Capote
Encuentro 6: Flannery O’Connor, John Cheever, Elizabeth McCracken
Encuentro 7: Rosellen Brown, Ann Beattie, Raymond Carver


4. Cantos de las guerras del Golfo (1990-2011)

Traigan a los chicos a casa: sin guerra no hay literatura. Minorías absolutas. El desierto de lo real y el desierto de lo reality. Literatura becaria: sensibilidades de la era Bush y documentos en la basura de Google. Milenarismo petrolero, gendarmería y retaliación. Te prefiero igual, internacional: una literatura que no traduce, que no dialoga y que no gana el Premio Nobel. Esa isla llamada Estados Unidos: cómo estallan los puentes. El elemento irónico y la influencia desafortunada de Dave Eggers. Estética indie y materiales extraliterarios.
.
Encuentro 8: Lorrie Moore, Rick Moody, David Leavitt, Alice Munro
Encuentro 9: Lydia Davis, Nell Freudenberger, Jhumpa Lahiri, Aleksandar Hemon, Junot Diaz
Encuentro 10: David Foster Wallace, Gary Shteyngart, George Saunders, Miranda July

Encuentro 11: Gabe Hudson, Wells Tower, Tea Obreht, Justin Taylor


5. The Gombrowicz Experience

Encuentro 12: En 1939, el escritor polaco Witold Gombrowicz inmigró de manera accidental a Buenos Aires. No hablaba una palabra de castellano. Pero aun así logró que un grupo de amigos, encabezados por el cubano Virgilio Piñera, tradujeran colectivamente su novela Ferdydurke. Si ellos lo hicieron, nosotros por qué no: esta clase estará dedicada a la traducción colectiva al castellano de un cuento estadounidense reciente.

dolores acuña se sube a un taxi



dolores acuña se sube a un taxi
en las heras y billinghurst.
yo salgo del standard bank
con 150 pesos menos en las alforjas.
es la primera vez que la veo
en más de veinte años
pero la reconozco al instante.
no necesito ir a google ni a facebook
para verla otra vez en la terraza del balneario la virazón
en la noche de la fiesta de los sábados
bailando pronta entrega de virus
o we built this city on rock’n’roll.
o en el hotel quequén después de la cena
jugando al metegol, a los fichines
al ping pong o al pool.

ah… loli acuña…
qué linda vas a ser toda tu vida.
perdí todos mis veranos adolescentes
mirándote desde lejos como un freak
y así nacieron la literatura y la locura...

16 de marzo de 2011

qué esperás de la literatura, nena

qué esperás de la literatura, nena
que viaja en el último vagón del subte d
un martes a las ocho de la noche.

qué esperás de la literatura, nena
que va con zapatos negros
de taco bajo y punta redonda,
pantalones verdes que dejan ver los tobillos flacos
y adivinar el sexo reticente,
musculosa negra escotada
y con ribetes y campera corta gris de falso cuero
con flecos y el cuello hacia arriba

van llegando los 30, nena, decime

qué esperás de la literatura,
que suture el fantasma
de tu papá depresivo
tu mamá alcohólica
de tu vieja y querida anorexia voraz?
cada tanto levantás la vista del libro verde de tapas duras

y el maquillaje del día no logra ocultar
el vacío triste que hay en la caverna de tus ojos.
cuando me bajo con león (10) en la estación tribunales
cargado con bolsas del easy
alcanzo a ver que uno de los personajes de tu libro
se llama natasha.
ah, un libro ruso!
pero no es guerra y paz
ni karamazov.
será un best seller social francés o inglés
de los años cincuenta?

qué será?
qué esperás de la literatura, nena?
yo te digo: no esperes nada
no te va a curar
ni te va a informar
ni te va a entretener
ni te va a hacer mejor.
sólo va a poblar tu cabecita ya adulta
de ensoñaciones inútiles
hará que te regodees en tus problemas
y aturdirá tu relación con eso que se llama realidad

no esperes nada de la literatura
no esperes nada de la literatura, nena

2 de marzo de 2011

Los puentes levadizos, inédito de Washington Cucurto

(del libro Con la 26 x 8 en la boca, a publicarse en Garrincha Club, abril 2011)




Miles de veces nos han contado a todos
taladrado la cabeza con los muertos,
bla, bla, bla, los asesinados, los fusilados,
picaneados, torturados, desaparecidos,
prendidos fuego por la dictadura militar de los años 70.
Todos sabemos: aquello fue una verdadera mierda.

(Después de 30 años, está tarde de frío,
la locutora de tevé dijo al aire que le habían
desaparecido una hija. ¡Y lo mantuvo oculto
durante 30 años!).

De aquella época quedaron en nuestro corazón
un manojo de hombres que son ejemplos.
Desde su ausencia los hemos leído toda la vida,
los imitamos, los copiamos, soñamos con conocerlos.
Walsh, Santoro, Haroldo, Urondo, Bustos y otros.
Mamamos de ese caldo.
Nos hablaron a través de documentales, de conversaciones de bar
de las salvajadas cometidas por los militares.
La última: la guerra de las Malvinas.

A esto voy: soy un hombre pobre, respetuoso,
pero no tengo memoria, ni tengo nada que ver con estos
mártires literarios y sociales.
Mi admiración y respeto.
Pero no quiero saber de ellos. Toda la vida la misma historia.
Entiendan que no quiero entender nada. No estoy comprometido.
Soy un vendedor ambulante devenido ex repositor de supermercado.
No me interesa comprender la coyuntura política de aquellos años.
Ni mis padres, ni mis hermanos,
ni mis primos, ni nadie del barrio de Los Pinos, en Berazategui,
donde vivo, tienen nada que ver. Es el barrio de los estúpidos.
Suena duro, pero no es nuestra historia de vida.
Para nosotros no hubo ni habrá política. Nadie levanta
un museo en nombre de nuestros muertos
que continúan muriéndose ahora mismo, mientras escribo esto.
Nadie levantó un museo jamás, en las puertas del Coto,
donde nos explotan actualmente.
El resarcimiento estatal no funca con nosotros.

No leí.
Leí la biografía del loco Gatti. ¡Deberían leerla!
No creo en Dios, no creo en los militantes, no creo en la revolución.
Millones de veces me hablaron de los muertos del 70,
                                                                                      perdonen: no comulgo.
No me importa. Para mí son
sólo escritores de ficción como
                                                  Truman Capote o Allen Ginsberg y su aullido.

El Che ni un pelo me mueve, para mí es una estampa serigrafiada.

La vida siempre se pone en contra, cuesta arriba, como
los puentes levadizos.

No hay tiempo para pensar en mártires.
Ni para leerlos.
La vida te clava como la espina de una rosa
y dedícate a sangrar.